lunes, noviembre 15, 2010

La novela y su material humano

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Me llama la atención la concepción que tiene el común de la gente sobre el oficio del escritor. Parece que se piensa que escribir es “soplar y hacer botellas”, algo que se hace sin esfuerzo, de manera espontánea o de forma automática.


Es frecuente que alguien me pida poemas, cuentos, conferencias o artículos sobre un tema equis y por lo general, dan como plazo un tiempo muy corto, irreal para la dimensión de lo que solicitan.


Mucha gente supone que uno debe escribir algo, en plazos que tienen la premura del periodismo pero no el reposo que necesita la literatura. Y la mayoría de las veces quieren que se haga gratis, porque el trabajo intelectual y sobre todo, el literario, sigue sin ser reconocido como eso, como un trabajo.


También resulta cada vez más frecuente que alguien me diga: “¿Y por qué no escribís un best-seller? Así salís de pobre y te podés dedicar a escribir tu obra seria”. Lo malo es que no me dicen cuál es la bendita receta para escribir el best-seller, algo que la mayoría también piensa que es facilísimo de hacer pero que, en el mundo editorial contemporáneo, es impredecible. Baste recordar el famoso caso de J. K. Rowling con su serie de Harry Potter, que había sido rechazada por doce editoriales hasta dar con Bloomsbury, una pequeña editorial de Londres, que apostó por ella. Lo demás es historia y ahora Rowling es más rica que la Reina de Inglaterra.



No es tan sencillo eso de sacarse un poema, un cuento o un best-seller de la manga. Escribir tiene diferentes velocidades y procesos, que además, estoy segura, varían de persona en persona. Cada género tiene su dinámica particular y cada nuevo texto impone su ritmo de trabajo. Tomemos la novela, por ejemplo.



La novela supone una escritura de largo aliento, una construcción cotidiana de un mundo alterno donde se mueven personajes, circunstancias, ambientes y detalles que el escritor debe conocer al dedillo si quiere lograr que su historia tenga coherencia y veracidad. Incluso si se trata de géneros como lo fantástico, el terror o la ciencia ficción, la historia debe ser contada con la lógica de su propio mundo y no como una serie de fantasías sin sentido. La ciencia ficción incluso supone un proceso de investigación para lograr que los planteamientos sean creíbles, por muy descabellados que suenen, y que estén sustentados en principios científicos reales.


Escribir no es tan sencillo como inventar una historia y ponerla en palabras. Porque ¿cómo se traduce en lenguaje escrito la película que uno imagina en su cabeza? ¿Cómo define uno sentimientos y sensaciones físicas y emocionales? ¿Cómo se describe un paisaje o una persona sin aburrir al lector y logrando que visualice lo más aproximadamente posible lo mismo que uno está imaginando? ¿Cómo se le hace sentir eso mismo que uno siente con la historia que hemos inventado?


Escribir novela no es nada más acudir ante una hoja en blanco y llenarla de letras. Y es algo que no puede hacerse con horarios interrumpidos. Escribir es un asunto de 24 horas, sobre todo con la novela, que supone la construcción máxima de una historia, tanto en longitud como en complejidad. Como me dijo alguien hace poco, uno en realidad está escribiendo todo el día y cuando se sienta ante el papel pasa en limpio esa “escritura” que ha ocurrido en la mente.


He estado rumiando estos pensamientos durante la semana, al volver a escuchar la pregunta del por qué no se ha escrito “la novela de la guerra” en El Salvador. Y también porque en esa misma plática caí en la cuenta de lo poco que se escribe novela histórica en nuestro país.



Desafortunadamente El Salvador no cuenta con los alicientes ni los espacios para estimular la escritura creativa y en particular, la de novelas. Si partimos de que al ya descrito proceso de creación hay que sumar un componente de investigación, el trabajo de composición de una novela se duplica y complejiza, eso sin tomar en cuenta los obstáculos que hay en nuestras bibliotecas y archivos para acceder precisamente a la información que uno busca.




No existen becas ni subsidios para la creación literaria en organismos estatales ni privados. No existen editoriales que brinden adelantos económicos para permitir que un escritor se dedique a escribir su novela. Así de sencillo. El escritor tiene que hacer malabares con oficios remunerados (muchas veces no literarios y mal pagados), para poder subsistir económicamente, oficios que desgastan, interrumpen el ritmo interior del proceso creativo, comen el tiempo y donde la creatividad personal está empeñada en buscar trabajo, cumplir bien con tus funciones, pagar las deudas a tiempo, llevar la domesticidad en orden y todo lo demás. Al final del día termina uno tan agotado que lo que se necesita y quiere hacer es dormir y no escribir.


¿Por qué no se ha escrito la novela de la guerra en El Salvador? Porque las guerras son traumas sociales intensos que tardan años en sanar medianamente. Nadie que haya vivido una guerra sale impune de ella. Los que participaron en un bando u otro e incluso los que no se involucraron y vieron pasar las balas encima de sus cabezas: la guerra la vive todo un conglomerado de gente. Todos necesitamos un tiempo para digerir lo ocurrido. Lo que se vivió, lo que pasó, lo que se hizo o se dejó de hacer, lo visto, lo pensado, lo sentido, lo experimentado, lo temido. No es un proceso fácil reconstruirse a sí mismo después de una guerra.


Para el escritor que desee tocar ese tema en su narrativa y que además la haya vivido, no cabe duda que tendrá que pasar por ese acto de digestión emocional sincera antes de poder sentarse a escribir un texto que abarque la complejidad del tema en toda su extensión. Porque además, en las guerras, aflora lo mejor y lo peor del ser humano. El odio, lo irracional, la obnubilación de la razón, el miedo al dolor y a la muerte, la soledad, el terror, la crueldad, pero también la solidaridad, la compasión, la valoración de los pequeños detalles (como un vaso de agua, una buena cama o una comida caliente y nutritiva), el heroísmo, la tenacidad, la valentía, el amor y la amistad. ¿Cómo resumir todo eso en un libro?


Extraordinarias novelas se han escrito sobre el tema: Guerra y paz de Leon Tolstoi, Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque, Vida y destino de Vasili Grossman, Las benévolas de Jonathan Litell, por mencionar apenas un puñado.





Ninguna se escribió aprisa, durante fines de semana, cuando sobrara tiempo y energías. Todos sus autores dedicaron años de investigación, reflexión y escritura, a garrapatear manuscritos, tacharlos y volverlos a escribir, días y noches de dedicación absoluta, casi obsesiva, a la terminación de sus ambiciosos proyectos.


Siento que en El Salvador es imperativo que los escritores que vivimos la guerra dejemos testimonio de la misma, aunque ese testimonio ocurra desde la ficción. Y es necesario debido a que hay mucha distorsión de la realidad histórica. No hay rescate de la memoria. Y en muchos casos hay ocultación, manipulación y polarización política que distorsionan el conocimiento real y balanceado de lo que aconteció.


En ese sentido, el escritor puede contribuir desde su particular óptica, a reconstruir detalles que por lo general los libros de historia no retoman. Y por lo demás, ¿cuántos historiadores tenemos en el país? ¿Quiénes están documentando y sistematizando nuestro pasado inmediato? ¿Quiénes lo están escribiendo y registrando?


El novelista puede jugar un papel importante en el testimonio que, desde la sociedad civil, reconstruye el espacio privado de los eventos históricos. Pensemos por ejemplo, en las numerosas novelas que en la actualidad se están escribiendo, por fin, sobre la Guerra Civil española y en cómo muchas de ellas toman parten cde un suceso real acontecido durante aquel tiempo.


Para un novelista el bien más precioso e importante es el tiempo. Tiempo para sumergirse a fondo en ese mundo alterno que es el escenario de su historia. Tiempo para conocer pasado, presente y hasta futuro de sus personajes y para cavilar cómo va a traducir todo eso en palabras. Tiempo para investigar. Tiempo para escribir, romper páginas, volver a escribir, revisar, dejar reposar y volver a revisar una vez más, en busca de la calidad literaria. No hay conciliación entre ese esfuerzo y los sobresaltos de la cotidianidad.


Y para una sociedad, sus escritores son una voz importante que no debe ser callada ni subvalorada. Porque si no ¿quién va a contarnos la historia de nosotros mismos, las historias íntimas, personales y cotidianas, aquel material humano del que no se ocupan los historiadores, los analistas ni los políticos?



(Publicada en revista Séptimo Sentido, La Prensa Gráfica, domingo 14 de noviembre 2010).


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jueves, enero 18, 2007

Se busca tono

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Tengo casi un año de estar rumiando una nueva novela. La idea original ha ido creciendo poco a poco a tal punto que ya tengo prácticamente la historia delineada de principio a fin. Hacen falta algunos detalles que son los que continúo rumiando y que espero solucionar pronto.

Todo comenzó con una idea muy concreta, con un disparate que pensé. ¿Qué pasaría si alguien tuviera la habilidad equis? ("habilidad" es una manera de llamarlo, porque es una de carácter siniestro y de poca si acaso alguna utilidad). Alrededor de la tal "habilidad" (a veces pienso que podría ser considerado como un don de carácter mágico o algo más bien cercano a una maldición), he ido armando personajes, historia, época, lugar, situaciones, conflicto y desenlace.

De nuevo me sorprende cómo cada libro, o cada historia, toma vida propia e impone su manera de escribirse o trabajarse. Hasta donde recuerdo, muy rara vez (si acaso solamente con algún cuento), sé lo que ocurrirá al final de una novela. En esta ocasión tengo claras las partes en las que estará dividida. Creo que será un trabajo de entre 125-150 páginas. Aunque si pudiera desarrollarlo en menos, me encantaría. Hace ratos que quiero escribir una novela corta y pienso que la historia se adecuaría a ello.

Jamás, para ningún libro, he hecho planificaciones minuciosas y si acaso, tomo notas, muy breves, más bien palabras clave, frases, preguntas. Para este nuevo proyecto hay apenas escritas 2 páginas en mi moleskine, de las cuales 13 líneas corresponden a los nombres de 13 personajes, 11 de los cuales son circunstanciales. Tengo también un par de títulos de trabajo.
Hasta allí supongo que todo bien. He intentado entonces comenzar a redactar. He anotado algunas frases. Cinco, exactamente. Dicho comienzo está escrito desde hace un año, casi desde el momento mismo en que se me ocurrió la idea inicial. Cada tanto cambio el orden de las frases, pero no paso de ahí. ¿Y ahora? ¿Por qué no sigo?

Aparte de las irregulares cantidades de tiempo que, por desgracia, puedo empeñar en escribir en este momento (y en resolver lo que falta de esta historia) no encuentro el tono, la manera en que la historia deberá contarse. Pareciera, dado que la historia está bastante resuelta en mi cabeza, que podría nada más sentarme a ponerle palabras. Pero ¿cuáles palabras, cómo? ¿Frases largas, frases cortas? ¿Primera o tercera persona o una combinación de ambos?

¿Cómo no voy a saber qué tono usar si he escrito antes 6 novelas, 5 poemarios y 5 libros de cuentos? Si bien es cierto la experiencia acumulada sirve de mucho a la hora de escribir, la verdad es que cada libro nuevo que se escribe nos convierte en novatos. Cada libro nuevo (por lo menos para mí), es como comenzar de cero, de la nada, del no saber, quizás por esa inesperada vida que cobra cada libro por sí mismo, inesperada vida que incluso te impone el horario de trabajo, el ánimo cotidiano, y sobre todo, te lanza nuevas enseñanzas sobre el oficio de la escritura.

El tono es una de las piezas del rompecabezas a la hora de escribir un libro. Una pieza que le puede dar vitalidad y respiro a una historia o matarla y hacerla pesada e inleíble. Más de alguna vez he descartado cuentos o los he vuelto a escribir completitos porque no me gustaba la manera en que estaban escritos, aunque me gustara la historia. Eso me pasó con uno de los Cuentos Sucios, el de la mamá en el sótano. La manera en que está escrito es bastante inusual. Tanto que no ha faltado quien diga que es un cuento en forma de poema porque las líneas van muy cortadas y visualmente parecieran “versos”. Pero ni son versos ni poema. Simplemente me pareció que esos cortes le daban agilidad a la historia y que permitían explorar otra forma de contar un cuento nada feliz. Eso lo hizo menos pesado que las 2 o 3 versiones anteriores que de convencionales en su redacción, caían aburridas.

Me he pasado más de alguna tarde de los últimos días, sentada precisamente delante de la página en blanco y aunque sé cómo va la historia, las palabras se niegan. ¿Será que mis palabras están en huelga? ¿Que a mis palabras no les gusta esta historia? ¿O que ya no podré escribir nunca más (para gran alegría de los que aborrecen mis libros)?

Por supuesto que he pensado en abortar el proyecto. En escribir otra cosa o dejarla para más adelante. Eso me ha hecho imaginar otras novelas, trabajar en su concepto. Pero la idea vuelve de manera insistente. Me interesa demasiado la historia como para descartarla. Debo escribirla a costa de cualquier cosa.

Trato de consolarme pensando que, en cuanto resuelva los vacíos del argumento, la redacción fluirá y las palabras, ojalá, saldrán incontenibles. Pero quien sabe. Cada libro es una caja de sorpresas. Para mí es lo emocionante de la escritura. Su permanente sorpresa, el reto continuo, el aprendizaje interminable.

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lunes, enero 15, 2007

Thank you for smoking

smoking.jpgSiempre lo he dicho: el que tiene labia suficiente es capaz de venderte bosta de vaca y convencerte de que es justo lo que necesitás. De eso exactamente se trata el trabajo de Nick Naylor, el portavoz de la Academia de Estudios del Tabaco, una organización financiada por diversas empresas tabacaleras y cuya misión primordial en la vida es aumentar la venta y consumo de cigarrillos, a pesar de la fuerte oposición de políticos y organizaciones que confirman que fumar es dañino para la salud.

Naylor sabe exactamente la dimensión de lo que hace. Sabe que el tabaco mata diariamente a 1,200 personas y tiene el cinismo de auto-nombrarse “el Coronel Sanders del tabaco”. Para Naylor esto es un trabajo como cualquier otro, pero finalmente, todo parte de una filosofía de vida, o como Naylor diría, una habilidad especial: si se argumenta correctamente sobre un tema, nunca se está equivocado.




Nick Naylor tiene además un hijo al que mira los fines de semana y al que poco a poco va explicando su filosofía argumentativa. El niño, que no es ningún tonto, va comprendiendo y captando el modelo discursivo del padre y comienza a aplicarlo en su vida. Convence así a su madre de que lo deje acompañar a su padre en un viaje de negocios a California. Así escribe también su tarea respondiendo a la pregunta ¿por qué los Estados Unidos es el mejor país del mundo? (En algún momento me pregunté por qué Naylor no habría usado sus métodos de argumentación para salvar su matrimonio...)

Thank you for smoking del director Jason Reitman, es una sátira compacta (apenas 92 minutos) con un reparto de famosos en breves apariciones. Katie Holmes es la despiadada periodista que revela información confidencial obtenida a través de un amorío con Naylor; Sam Elliot es el ex-hombre Marlboro, que está recluido en una finca en California, muriendo de cáncer y al que Naylor debe llevar un maletín rebalsante de dólares para que no hable en contra del tabaco; Robert Duvall es “The Captain”, el super-jefe de la corporación tacalera y quien confía plenamente en Naylor; William H. Macy hace del Senador Finisterre, quien trata de lograr que se apruebe la publicación de la imagen de tibias y calavera en los paquetes de cigarrillos, para que todos sepan que el tabaco es veneno. Y Aaron Eckhart es Nick Naylor, a quien le sale muy bien el cínico personaje.

Curiosamente, en toda la película, no se ve a nadie fumar. O sea, vemos gente que saca cigarrillos de paquetes pero jamás los enciende o se los mete a la boca y nada más The Captain aparece en algún momento con un puro en la boca pero apagado, cuando ya está en el hospital.

La película no quiere demostrar nada. No quiere convencerlo a usted de dejar de fumar o de que fumar sea dañino para la salud. Pero me parece que Thank you for smoking va mucho más allá de hacer una sátira crítica sobre la industria del tabaco y las dificultades que tiene para vencer la cada día oposición creciente al hábito, frente a las abrumadoras evidencias de sus afectaciones a la salud. Porque la habilidad verbal de Nick Naylor es la misma que utilizan políticos, portavoces y cualquier tipo de personaje que necesita vender o mantenerse en alguna posición con todo en contra. Y si no, fíjense cuando se entrevista a algún presidente o diplomático. Cuando se les hace una pregunta directa, una pregunta que bien puede contestarse con sí o no, el interpelado se hecha unas parrafadas evasivas que, a fin de cuentas, son como una cortina de humo sobre la pregunta que permanece sin respuesta.

Personajes como Naylor existen en todas partes y dan la impresión de, aún después del naufragio, siempre caer parados (como termina ocurriendo en la película). Gente como Naylor nos dejan la desagradable impresión de que la “flexibilidad moral” de algunos siempre se ve recompensada y que nunca les va mal en nada.. o casi nada. Seguro que usted conoce a más de alguno, porque seres como él, por desgracia, son legión.

jueves, enero 11, 2007

Incendio en la Amargura

incendio2.jpg



Era algo así como las 3 y media de la tarde, ayer. Escribía un correo para un amigo. Había pensado temprano en ir al supermercado, pero lo que quería comprar no era realmente urgente y pensé mejor quedarme en casa. De pronto, la Boni entró en una actitud medio rara, sentándose cerca de mí y viendo hacia la puerta. No me sorprendió al principio pues siempre recciona así al ver gente. Aborrece a todos los seres humanos menos a mí (no la culpo). Y acá donde vivimos, bueno, hay una casa cuyos cuartos están alquilados a 4 personas diferentes, más el studio de al lado alquilado a un brasileño. Los studios están ubicados detrás de la casa y para entrar hay que cruzar la casa.

El caso es que la Boni sale de nuevo, se asoma por la puerta, mira y viene corriendo para adentro hecha un rayo y sube veloz las gradas que llevan al altillo donde duermo. La Loli, que no sé a qué hora salió porque hacía pocos minutos estaba dormida frente a mí, había salido a chequear el asunto (ella es la más curiosa del mundo) y sin pensarlo dos veces, pasó junto a mí, me miró con cara de “escondámonos debajo de la cama, mother” y subió al altillo también.

La actitud de ambas me pareció rarísima, pensé que era de pánico. Simultáneamente escucho un sonido raro. Pienso que está comenzando a llover, al mismo tiempo hace bastante viento, así es que pienso que algunas basuras están cayendo sobre el techo de zinc. Pero luego de pocos segundos pienso que es un sonido extraño, y mi memoria auditiva hace la conexión: algo se está quemando. Conozco ese sonido demasiado bien, de cuando vivía en Los Planes, de cuando vivía en Managua, de cuando trabajaba en Río San Juan o en la Costa Atlántica. Sé cuando algo se quema por ese sonido muy particular y salgo a verificar dónde o qué es lo que se quema pues no siento olor a quemado.




Abro la puerta del studio y veo de inmediato el fuego. Detrás del murito del jardincito (digo jardincito porque es absurdamente minúsculo, no por bonito, que no lo es), veo llamas de fuego más altas que la casa donde estoy. Durante dos o tres segundos me quedo parada preguntándome ¿será que nos alcanzará? El viento respondió a mi pregunta de inmediato, pues sopló en una dirección y en otra y las llamas parecían justamente querer saltar a nuestra casa.

Entro de inmediato, tomo el celular, marco el 911. Simultáneamente pienso en que hay que sacar un cilindrito de gas del studio vecino y le aviso al brasileño que vive ahí. Él está con la puerta abierta hablando por computadora con alguien y no entiende lo que le digo. En eso contestan el 911 y les digo que envíen los bomberos a la Calle de la Amargura porque hay un incendio espantoso. Hasta ahí le cae el veinte al brasileño que hay una emergencia. El del 911 me dice con una calma infinita que no es de este mundo que ya reportaron el incendio y que los bomberos van en camino, que no me preocupe. Yo nada más le digo que ojalá sea pronto porque el incendio está a pocos metros de nuestra casa. Justo cuando cuelgo se escucha la sirena de los bomberos, pero nosotros no tenemos tiempo qué perder. Hay que evacuar la casa.

Estoy por avisarle a los demás cuando viene otro de los inquilinos y le aviso del incendio. Todos corremos como gallinas sin cabeza unos segundos a ver qué carajos hacemos. Yo, como buena Virgo (el signo del horóscopo que es eminentemente racional, ordenado y sobre todo práctico) junto con el entrenamiento militar recibido hace algunas centurias (que me ha servido de mucho más de lo que les puedo explicar, entre ellos a guardar la sangre fría en momentos como éste), me habían hecho ya pensar en más de una ocasión qué hacer en caso de tener que salir en una emergencia. Así es que: a sacar las jaulas de las gatas, a sacarlas de debajo de la cama donde se habían escondido porque ellas sabían que algo horrible estaba pasando y a sacarlas de la casa pero ya. En eso entra corriendo el dueño de la casa histérico (quien vive a la cuadra) gritándonos “¡todos afuera, todos afuera!”, y salgo con una de las jaulas mientras él toma a la otra al jardín de enfrente y vuelve a entrar.

Yo saco a las pobres chiquillas a la acera. Por supuesto la Boni está histérica, pegando unos gritos espantosos y tengo que hablarle para calmarla. Las dejo en la acera un momento mientras vuelvo a entrar. No hay tiempo y el problema es que por la ubicación de mi studio tengo que cruzar toda la casa. Sé que si el incendio se propaga, no hay manera de salir, así es que sólo queda entrar, sacar lo elemental y volver a salir.

Lo elemental eran mis documentos personales y no sé por qué tomé también mis anteojos de leer y el celular que todavía lo tenía en la mano. Pensé en sacar la computadora, pero quitarle todos los cables y los alambres, por lo menos al cajón del disco duro, iba a tomar su rato y además por las prisas podía dañar algo, así es que busqué el CD con el último respaldo de mis archivos. Luego me detuve dos segundos en el centro del cuartito, vi a mi alrededor pensando en qué más sería importante (mientras el crepitar del fuego se escuchaba con más intensidad) y de alguna manera, como me ha ocurrido en más de alguno de los momentos dramáticos de mi vida, pensé que ni modo. Que se perdiera lo poco que tengo: ropa, libros, zapatos, discos. Los muebles no son míos, vienen con el habitáculo. Claro, me iba a doler sobre todo perder los libros y la computadora. Los libros porque son mi vida, la computadora porque es con lo que trabajo. Hice un acto de desapego supremo y… a correr.

Mientras tanto los demás han sacado canastos de ropa, libros, maletas, computadoras y no sé qué cosas más. Yo me fui a sentar a la acera junto a las jaulitas de las gatas. Hice algo así como un triángulo, para que ambas me vieran y me dediqué a hablarles con la voz más serena que podía para que no se alterarán más de lo que ya estaban.

Mientras tanto, la calle está llena de curiosos. Desde ahí no puede verse el fuego, pero se mira el humo y se escucha el crepitar de la madera quemándose. El acceso a la Calle de la Amargura está cerrado. Debo aclarar que vivo justo detrás de dicha calle, que no es broma, así se llama. Es una calle llena de bares, cafés, restaurantes, librerías, fotocopiadoras y todo tipo de negocios. Ya hacía meses atrás le había dicho, no recuerdo ya ni por qué, al dueño de la casa, que cualquier día iba a haber un incendio ahí porque no tienen las mejores medidas ni de seguridad ni de higiene y que nosotros podíamos fácilmente salir afectados. El pleito de la alcaldía y los vecinos por poner orden en aquel caos lleva años.

Estoy atenta a espiar si una vecina de unas cuantas casas atrás está por ahí, para que cuide a mis gatas mientras yo regreso a intentar sacar algo. No la veo, y luego me pregunto qué más podría sacar. Pienso que nada. Lo que más me importa está conmigo, mis gatas. Lo que necesito también, mis documentos. Así es que entro en no sé qué estado zen de tranquilidad en medio del barullo y me concentro en calmar a las gatas y hablarles. Veo que la Boni, de tanto intentar abrir la puerta de la jaula, tiene una uña llena de sangre. Alguna vez, en una visita al veterinario, se arrancó la uña y tuvo una hemorragia porque si hay algo que la princesa detesta es la mentada jaula.

La gente me pregunta cosas. Yo sentada en la acera, les digo lo poco que sé: lo que se está quemando es posiblemente el Tavarúa o La Villa (dos bares) y una casa deshabitada y vieja de madera a la que solían meterse los piedreros o fuma-crack y que posiblemente alguna colilla originó el incendio. O, quien quita, lo quemaron a propósito.

Lo preocupante es el viento que ha ocasionado más de algún estrago esta semana en la ciudad. Arboles caídos y otros incendios han sido la nota del día. Los muchachos de la casa siguen sacando canastadas de ropa y me sorprende las cosas a las que la gente le da importancia en una circunstancia así. Igual, la gente se burla en mi cara: “Jajaja, lo que sacó fue a sus gatos, jajaja”. Primero trato de razonar con ellos: “fue precisamente por las gatas que me di cuenta del incendio”, les digo. Pero no entienden. Ni yo a ellos. ¿Qué esperaban? ¿Qué dejara morir a mis gatas achicharradas y ponerme a sacar ropa, ellas que han sido más fieles, leales y amorosas que muchísima gente que conozco? Francamente me dan ganas de patear a los que me hacen el comentario pero vuelvo a mi estado de tranquilidad. Otra gente, mucho más solidaria y comprensiva, me desea buena suerte.

En algún momento veo sobre la acera que estoy sentada. Dos casas más allá, el indigente oficial de la cuadra está tirado boca arriba, durmiendo la borrachera tan profundamente, que no se da cuenta de todo el alboroto.

Después de unos 10 o 15 minutos, sale alguno de los compañeros de la casa avisando que ya pasó todo. Vuelven a meter sus cosas y yo regreso con las nenas a las que dejo salir de sus jaulas desde la puerta y corren despavoridas a esconderse en mi cuarto. Todo huele al humo que se ve todavía subir de detrás del jardín. Nos juntamos un rato a comentar. Si yo no aviso a los demás, y el incendio se hubiera propagado a nuestra casa, las cosas se hubieran complicado.

Uno de los muchachos vuelve a subirse al techo y le pregunto que cómo está la cosa. “Ven, súbete” me dice. A mí eso de subirse a techos como que no se me da bien, pero entonces me decido y además, saco mi cámara para tomar alguna foto. Cuando me subo al techo es que casi no lo creo. Estuvimos realmente cerca. Si se fijan en el borde inferior de la foto, el techo semi-oxidado pertenece a la casa detrás de la nuestra, que por lo demás, también da la impresión de estar deshabitada; vimos que una parte de la estructura del techo es de, gulp, madera. Esa estructura está justamente a la par del studio de mi vecino. La estructura que se ve al fondo es, creo, el Tavarúa. O sea, ni La Villa ni el Tavarúa se quemaron, para gran felicidad de los beodos, pero para gran amargura mía, porque su música, junto con la del abominable Terra-U, que la pone a un volumen insostenible, perturba mi sueño desde hace dos años.

Gracias a la veloz y eficiente intervención de los bomberos, el incendio no se propagó a ningún otro establecimiento o casa, y por suerte había agua (o la llevaron en pipas y alcanzó, no sé). Clap, clap, clap para los bomberos en esta ocasión, de plano. Son mis héroes, además de mis gatas que siempre me advierten de peligros.

Ya puestos en el techo pasó algo divertido. Los curiosos estaban apelotonados en la Amargura, justo al frente del incendio (en la foto casi no se miran, pero están en la esquina superior derecha, a la izquierda del edificio blanco). En algún momento, alguien hizo un saludo allá de hola hacia nosotros. Mi vecino contestó. Le pregunto “¿los conocés?”. “No” me dice, “pero saludemos”. Así es que estábamos los 3 montados en el techo haciendo señas con los brazos a los del otro lado que nos vitoreaban y nos hacían señales como de “lo lograron, se salvaron”. Y vaya que contestamos el saludo con euforia.



Después de un rato nos bajamos del techo y seguimos comentando entre nosotros, con esa absurda compulsión que tiene uno de recontarse la historia recién vivida una y otra vez. Cómo las gatas me avisaron, la llamada al 911, el otro que creía que llovía mientras hablaba con no sé quién en Brasil y el otro que había salido a decirme no sé qué cuando le digo que hay un incendio y su cara de estupefacción y las gatas a las que literalmente jalé por las patas para meterlas en segundos en sus jaulas y salir volada con ellas y cómo revolví todos los putos CD’s para encontrar el respaldo de mi disco duro y…

Puesta en el techo de la casa pensé que era una señal para mudarme. He querido hacerlo desde el primer minuto en que entré a vivir acá, porque nunca me dio buena vibra. Contar por qué y cómo llegué es muy largo, pero no tenía otra alternativa en aquel momento. Y no me he mudado por falta de plata.

No logramos salir en el noticiero de la noche, y de hecho no vi a nadie filmando. La verdad es que toda la emergencia duró pocos minutos. Y hasta donde sabemos, no hubo heridos ni víctimas qué lamentar. Quizás estemos en el noticiero de mañana al mediodía, quién sabe.

Y una vez más en mi vida, después de emboscadas, morterazos, amenazas de muerte, persecuciones, fuego cruzado, terremotos, huracanes, accidentes automovilísticos, enfermedades y no sé qué más, digo sin lugar a ninguna duda y aunque no crean y se burlen de mí: Dios me ama, Dios me cuida. Y mis protectores son lo máximo. Gracias y amén.

lunes, noviembre 27, 2006

Jimmy Hendrix

De estar vivo, este día Jimi Hendrix estaría cumpliendo 64 años. Es inevitable preguntarse qué estaría haciendo un genio como él, qué evolución y rumbo hubieran tomado su música, sus composiciones musicales y sobre todo la extraordinaria habilidad con la cual tocó la guitarra.

Cinemax está presentando en estos días el documental Jimi Hendrix, dirigido por Joe Boyd y John Head y realizado a 3 años de su muerte en 1970. El documental tiene presentaciones en vivo de Hendrix, así como una serie de entrevistas con gente como Pete Townsend, Mick Jagger, Eric Clapton, Lou Reed y Mitch Mitchell, entre varios más que lo conocieron y convivieron con él.

Me llamaron la atención un par de cosas dichas por Townsend: primero, que nadie quería tocar después de Jimi Hendrix (ni The Who ni Eric Burdon & The Animals) en Monterrey, porque... porque... ¿quién iba a tocar después de Hendrix y ser escuchado? Y segundo, Jimi Hendrix le permitió a la guitarra convertirse "en un instrumento" por cuenta propia, no en un instrumento más de un grupo, gracias al don que tenía Hendrix para tocarla.

Es obvio en el documental el profundo respeto y admiración que sentían todos por Hendrix. Y entre sus fans, hay una frase muy común, algo que encierra el sentir sobre este hombre, que fue muy "duro" para lo que los negros escuchaban en aquel tiempo, y muy "negro" para la escena rock, dominada casi por completo por los blancos, un hombre que tocaba su guitarra con los dientes, con la lengua, con la guitarra puesta en la espalda, con los ojos vendados, dando vuelta de gato (literalmente) y sacrificando su guitarra (como hizo en Monterrey) como una manera de honrar su propio instrumento: Jimi Hendrix is god.

El documental puede verse también los días 28 de noviembre (17:15), 1 de diciembre (13:45), 4 de diciembre (9:15), 7 de diciembre (7 a.m.) y 12 de diciembre (11:45), hora centroamericana.

Mientras tanto los dejo con la que es sin duda una de sus más memorables presentaciones, su interpretación de Wild Thing en el Festival de Monterrey en 1967.





"Volver con más fuerza": Entrevista con Salvador Luis

Muchos conocemos a Salvador Luis como el fundador, director y promotor de la revista electrónica de literatura Los Noveles, revista que en los últimos 5 años fue ganando un espacio de publicación virtual para muchos escritores de habla hispana, pero que también se convirtió en un referente importante de lo que se estaba escribiendo en varios países de Latino América y España. Los Noveles ha sido sin duda un puente, un ventana, un observatorio que permitía no sólo leer cuentos, poemas y fragmentos de novela sino, a la vez, descubrir a través de los múltiples links y ventanas de la página, editoriales, otras revistas literarias y blogs de artistas y escritores.

Su ficha dice: "Perú, 1978. Estudió dirección de cine y literatura en la Universidad de Miami. Es director de la revista Los Noveles y autor de Miscelánea o el libro geminiano (2002), relatos, y del inventario de rock: Rock duro y metal pesado (2006). Ha editado Banda Aparte, el ciclo de literatura femenina Ellas y FantástiKA; también está incluido en las antologías Seres de la Noche (México, 2006) y Tripulantes, de próxima aparición en España. Sitio web: http://www.salvadorluis.net/. Blog: Kino Raggio".

Me pareció oportuno, en honor al 5o. aniversario de la revista y de la pausa de dos años que se anunció en su reciente número, saber algo más del "cabecilla intelectual" de Los Noveles, por lo cual, fue sometido a un escueto interrogatorio, que comparto:

viernes, noviembre 24, 2006

Canal Central: la vida de los nicas en Costa Rica

A veintidos migrantes nicas en Costa Rica les fueron proporcionados celulares con cámara con un objetivo: documentar su vida cotidiana. Las fotos, textos, videos y grabaciones de voz de este recorrido están a disposición en internet a través de Canal Central, un proyecto impulsado por el barcelonés Antoni Abad, un artista que trabaja sus propuestas ayudado por las nuevas tecnologías. Este proyecto forma parte de Estrecho Dudoso, un megaevento de artes visuales que se inaugurará la próxima semana en San José.

El objetivo de Canal Central es permitir que personas que no tienen (por lo general) acceso a medios como internet o a comprar una cámara o un celular, puedan documentar un poco su vida cotidiana (algo que otros podrían hacer mediante un blog o un fotolog, si tuvieran acceso a los medios necesarios).

Canal Central quiere dar a conocer la vida de los migrantes nicaragüenses, cómo viven, lo que comen, dónde trabajan y por supuesto, sus tribulaciones de documentación en un país que tiene políticas bastante hostiles hacia los extranjeros. Se pretende también presentar una imagen más positiva de los nicas, a quienes los medios de comunicación costarricenses siempre presentan como los responsables de la ola de delincuencia que vive el país.

En el proyecto colaboran la municipalidad de San José, el Centro Cultural de España, con el patrocinio de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España, el Instituto Costarricense de Electricidad (quien proveyó los celulares), todo organizado por la Fundación TEOR/éTica.

jueves, noviembre 23, 2006

El perro en la niebla (Róger Lindo)

perro.jpgEl poeta salvadoreño Róger Lindo, conocido por aquel magnífico libro titulado Los infiernos espléndidos, acaba de publicar su primera novela. El perro en la niebla se titula y fue publicada por Editorial Verbigracia de Bilbao, España. Sobre el libro, dice la contraportada:

A finales de los años setenta, un muchacho perteneciente a la clase media salvadoreña trata de introducirse en los movimientos sindicalistas locales con la intención de conocer el incipiente movimiento revolucionario. Allí conoce a una guapa trabajadora de una fábrica textil y se propone enamorarla. Sin embargo, la situación se recrudece en El Salvador. Las refriegas sindicales devienen en combates contra el orden militar y la vorágine termina arrastrando a todo el mundo a territorios y rupturas que nunca imaginaron. Se ha desatado la guerra civil salvadoreña.

Róger Lindo, con la pericia que otorga conocer de primera mano lo que se está narrando, muestra en El perro en la niebla la irreversible fragmentación de todo un país.
Puede leer las primeras 54 de las 235 páginas de esta novela, y también puede comprarla por medio de la página de la editorial.

martes, noviembre 21, 2006

The Departed

departed.jpgLa última película de Martin Scorsese ha despertado tanto entusiasmos exacerbados como profunda decepción. Comentarios que van desde calificarla como "la obra maestra de Scorsese" a "una película que se le fue de las manos". En ese ánimo, uno entra al cine sin saber qué pensar sobre lo que va a ver, y va porque, querrámoslo o no, Scorsese tiene grandes películas en su historial y hay que ver lo que hace.

Yo sería de las que me colocaría en el espectro medio de dichos comentarios. No creo que The Departed (Los Infiltrados, como se llama en español), sea una obra maestra, pero tampoco me parece decepcionante. Entretiene, mantiene cierto suspenso y sobre todo, aunque uno intuye lo que puede pasar con aquello de las historias paralelas iniciales, plantea elementos suficientes como para querer ver ese encuentro y desear cierto tipo de desenlace.

lunes, noviembre 20, 2006

Los 100 mejores discos según Time

La revista Time ha publicado una lista de los 100 mejores discos de los últimos 50 años. Leer la lista puede convertirse en un viaje por el tiempo, pero también en momentos de insatisfacción si tomamos en cuenta que, como toda lista, faltan algunos discos que para otros son esenciales. No hay nada de Pink Floyd, por ejemplo, lo cual es imperdonable; tampoco hay nada de The Doors o The Cure. La lista pretende ser textualmente "de los más grandes y más influyentes" y por eso las omisiones son más dramáticas.

Pero en todo caso, si usted de mete directamente a la lista del Time, podrá hacer clíck en cada disco y leerá el razonamiento de su selección.

En lo personal, me parece que la lista de los años 50 está incompleta (sólo hay 4 años) y en la lista de los años 2000, hay 4 antologías de cantantes de otras épocas (Elvis Presley, Hank Williams, Muddy Waters, Sam Cooke). No que no merezcan estar ahí, sino que es también una señal de que en esta década que estamos viviendo, la música no es precisamente grandiosa, excepcional y ciertamente dejará pocas influencias en las generaciones o músicos del futuro.

Pero bueno, tampoco hay que tomárselo tan a pecho. Las listas son para divertirse. A continuación, la lista completa:




Años 50

1954. Frank Sinatra: In the Wee Small Hours



1955. Frank Sinatra: Songs for Swingin’ Lovers



1957. Little Richard: Here’s Little Richard



1959. Miles Davis: Kind of Blue



Años 60

1961. Robert Johnson: King of the Delta Blues Singers



1962. Ray Charles: Modern Sounds in Country and Western Music



1963. James Brown: Live at the Apollo



1964. John Coltrane: A Love Supreme



1965 .The Beatles: Rubber Soul



1965. Otis Redding: Otis Blue



1965. Bob Dylan: Highway 61 Revisited



1966. The Beatles: Revolver



1966. The Beach Boys: Pet Sounds



1966. Bob Dylan: Blonde on Blonde



1967. The Velvet Underground: The Velvet Underground and Nico



1967. The Beatles: Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club.



1967. Aretha Franklin: I Never Loved a Man the way I Love You



1967. The Jimi Hendrix Experience: Are You Experienced?



1968. The Beatles: The Beatles (The White Album)



1968. Aretha Franklin: Lady Soul



1968. Johnny Cash: At Folsom Prison



1968. Van Morrison: Astral Weeks



1969. The Band: The Band



1969. Sly & The Family Stone: Stand!



1969. Miles Davis: Bitches Brew



1969. The Beatles: Abbey Road



Años 70

1970. Van Morrison: Moondance



1970. John Lenon: John Lenon/ Plastic Ono Band



1970. Simon and Garfunkel: Bridge Over Troubled Water



1970. Neil Young: After the Gold Rush



1971. The Who: Who’s Next



1971. Marvin Gaye: What’s Going On



1971. Carole King: Tapestry



1971. The Rolling Stone: Sticky Fingers



1971. Black Sabbath: Paranoid



1971. Led Zeppelin: Led Zeppelin IV



1971. David Bowie: Hunky Dory



1971. Dolly Parton: Coat of Many Colors



1971. Joni Mitchell: Blue



1972. Jimmy Cliff: The Harder They Come



1972. Stevie Wonder: Talking Book



1972. David Bowie: The Rise and Fall of Ziggy Stardust



1973. Elton John: Goodbye Yellow Brick Road



1973. Al Green: Call Me



1975. Willie Nelson: Red Headed Stranger



1975. Patti Smith: Horses



1975. Bruce Springsteen: Born To Run



1976. Stevie Wonder: Songs in the Key of Life



1976. The Ramones: Ramones



1976. The Eagles: Hotel California



1977. Fleetwood Mac: Rumours



1977. The Sex Pistols: Never Mind the Bollocks, Here’s The Sex Pistols



1978. Parliament / Funkadelic: One Nation Under a Groove



1979. The Clash: London Calling



Años 80

1980. AC/DC: Black in Black



1982. Michael Jackson: Thriller



1982. Chuck Berry: The Great Twenty Eight



1984. Talking Heads: Stop Making Sense



1984. Prince: Purple Rain



1984. Bob Marley and the Wailers: Legend



1986. Run-DMC: Rasing Hell



1986. Metallica: Master of Puppets



1986. Paul Simon: Graceland



1987. U2: The Joshua Tree



1987. Prince: Sign O’ the Times



1987. Eric B. and Rakim: Paid in Full



1987. R.E.M.: Document



1988. N.W.A: Straight Outta Compton



1988. Public Enemy: It Takes a Nation of Millions to Hold Us Back



1989. The Stone Roses: The Stone Roses



1989. Beastie Boys: Paul’s Boutique



1989. Madonna: Like A Prayer



Años 90

1991. A Tribe Called Quest: The Low End Theory



1991. James Brown: Star Time



1991.Garth Brooks: Ropin’ the Wind



1991. Various Artists: Phil Spector, Back to Mono (1958-1969)



1991. R.E.M: Out of Time



1991. Nirvana: Nevermind



1991. U2: Achtung baby



1992. Dr. Dre: The Chronic



1992. Pavement: Slanted and Enchanted



1994. The Notorius B.I.G: Ready to Die



1994. Mary J. Blige: My Life



1994. Hole: Live Trough This



1995. Oasis: (What’s the Story) Morning Glory?



1996. DJ Shadow: Endtroducing…



1997. Bob Dylan: Time Out of Mind



1997. Radiohead: OK Computer



1998. Lucinda Williams: Car Wheels on a Gravel Road



1999. Elvis Presley: Sunrise



Año 2000

2000. Eminem: The Marshall Mathers LP



2000. P.J. Harvey: Stories From the City, Stories From the Sea



2000. Outkast: Stankonia



2000. Radiohead: Kid A



2002. Muddy Waters: The Anthology 1947-1972



2002. Elvis Presley: Elvis: 30 No.1 Hits



2003. Sam Cooke: Portrait of a Legend 1951-1964



2004. Kanye West: The College Dropout



2005. Hank Williams: The Essential Hank Williams Collection: Turn Back the Years



Jacinta a las 02:46 PM
Referencias 0








Comentarios



Totalmente de acuerdo! excluir a Pink Floid es pecado Mortal, a Alan Parsons! y latinoamericanos no vi ninguno! esto es imperdonable! horrible horrible!


amorexia 20 de Noviembre de 2006 - 10:08 PM


Pero tía que tú te orientes por mamotretos como Time para tus gustos musicales, me deja helada...



Más culturita, tía...


Lola Fitoria 20 de Noviembre de 2006 - 11:44 PM


Ni Pink Floyd (mínimo *Dark Side of the Moon) ni Van Halen, y de Led Zeppelin el IV, cuando el verdaderamente influyente fue el II. (Bueno, al menos los metieron.) Me extraña que no aparezca *Mad Dogs and Englishmen*; aunque Cocker no era mucho de componer ("You are so beautiful" y alguna más), fue bien importante para la configuración del rock en los setenta. Y que no esté Janis Joplin es grave...

Bue... Voy a ver los criterios de los que sí; habría que ver los criterios de los que no.


Rafael Menjivar Ochoa 21 de Noviembre de 2006 - 12:59 AM


¡Y tampoco está Deep Purple! ¡Eso sí es pecado! Si un grupo incidió en el rumbo de la música, desde finales de los sesenta hasta la fecha, ha sido Deep Purple.

Y no se trata de que uno se guíe por Time para que le guste algo o no; es que en serio que se perdieron.


Rafael Menjivar Ochoa 21 de Noviembre de 2006 - 06:45 PM


... y tampoco está Santana (pienso en "Abraxas"), quien sin duda marcó escuela con su manera de tocar la guitarra y abrió puertas para otros músicos latinos.

Definitivamente esta lista está bastante deficiente.


Jacinta 21 de Noviembre de 2006 - 07:15 PM


Una lista de "brocha gorda", cortada por el sesgo local y populista. Una lista de los 100 más grandes que incluya a Madonna, Lucinda Williams, Hole, Mary J., NWA o Garth Brooks, y que se olvide de genios como Fripp (King Crimson) o Jarvis "Pulp", transgresores como Zappa, innovadores como Kraftwerk, Roxy Music, Pat Metheny o los Doors…



Especialente llamativo es la abúlica lista de los más recientes. Orbital, Leftfield, Prodigy, Massive Attack, Portishead, Björk, serán citados dentro de 20 años, cuando se reediten sus trabajos. Apuesten por que el 2006 se lo llevará la reedición del "Pet Sounds" de los Beach Boys. No se equivocarán, y los "surferos" harán doblete. ¡¡¡Qué valor!!!


Ike Wanna 22 de Noviembre de 2006 - 10:36 PM


Tampoco están Yes (pienso en "The Yes Album" o alguno de la época con Rick Wakeman) ni Lou Reed ("Transformer" mínimo) ni Leonard Cohen ("So long, Marianne")...!!!!!


Jacinta 22 de Noviembre de 2006 - 10:48 PM


Y puestos a pedir, el "Aqualung" de Jethro Tull; el "Quadrophenia" de los Who; "Wish you were here" de Pink Floyd; el "Jazz blues Fusion" de John Mayall; el "Paris 1919" de john Cale; el "Whatevershebringswesing" de Kevin Ayers; el "School's Out" de Alice cooper; casi cualquiera de Alman Brothers Band; el "Everclear2 de american Music Club"; el primero de Camel; el "High Priest" de Alex Chilton; el "4 Way Street" de CSNY; "Roxette" de Dr. feelgood; alguno de Elvis Costello, los primeros Police, Weather Report, el "Tarkus" de Emerson, Lake & Palmer…



Personalmente creo que lo mejor de Yes está en el "Close to the Edge", aunque seguido muy de cerca por el "Relayer", donde cambiaron la ampulosidad de las teclas de Wakeman por la eficiencia del sonido de Patrick Moraz.


Ike Wanna 23 de Noviembre de 2006 - 01:52 AM


Síiiiiii, caramba, mencionaste otro montón más Ike Wanna que deberían estar allí (el de Alice Cooper, por ejemplo...).

Lo mejor es que hagamos nuestra propia lista.


Jacinta 23 de Noviembre de 2006 - 01:57 AM


Mira, yo creo que esta lista no hace más que reflejar los gustos de unas dos o tres personas en TIME. Yo conocí a un tipo que trabajó en la revista. Había sido uno de los editores del periódico de la universidad a que asistí. El chavo tenía 23 años cuando entró a trabajar a TIME. Suponiendo que las dos o tres personas que editaron ese artículo nacieron en 1980, tendrían un poco más que la edad de mi colega. En ese caso, lo más probable es que hayan desarrollado gustos musicales a partir de los años 90. De ahí podría surgir tanto vacío. Pero aún siendo así las cosas, la investigación deja mucho que desear a pesar de que los recursos informativos disponibles a la revista TIME deben ser inmensos. Por otra parte, ¿quién quita que a alguien en TIME no se le haya ocurrido promover la venta de esos artistas con fines obviamente lucrativos?


Carlos 27 de Noviembre de 2006 - 05:22 AM

martes, agosto 29, 2006

Viaje al imperio de las ventanas cerradas

Ventanas Cerradas.jpgDebo comenzar diciendo que tengo una relación algo complicada con la poesía. Me gusta, pero soy exigente. Me he sobre todo concentrado en lectura de poetas ya establecidos, considerados como clásicos (antiguos o contemporáneos). Me gusta la poesía original, la que me dice algo, la que no me intenta convencer ni imponer nada. Por supuesto que no me gusta la poesía que hace el grueso de la población que se autodenomina poeta y que creen que hacer poesía es hacer malabares de palabras o escribir un texto, cortarlo a media línea y voilá, "escribí un poema".

Lo cual no quita que siempre ande "probando", buscando nuevos poetas que me emocionen y que estén haciendo cosas interesantes, intensas, locas, profundas, con sustancia. Por lo general me decepciono. Basta leer unas 4 líneas para saber si alguien es poeta (con todo el peso de la palabra), si es alguien que tiene fibra y a quien haya que seguirle la pista o si es un simple aficionado que jamás pasará de allí.

Pero a veces se lleva uno agradables sorpresas, y de pronto he descubierto a más de algún buen poeta, más de algún profundo poema y más de alguna buena colección de poesía. Que es el caso del que quiero hablar hoy.



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sábado, agosto 26, 2006

¿Con qué puedo retenerte?

A Beatriz Bibiloni Webster de Bullrich





¿Con qué puedo retenerte?

Te ofrezco magras calles, ocasos desesperados, la luna

de los corroídos suburbios.

Te ofrezco la amargura de un hombre que ha mirado

largamente a la luna solitaria.

Te ofrezco mis antepasados, mis muertos, los fantasmas

que hombres vivientes han honrado en mármol:

el padre de mi padre muerto en la frontera

de Buenos Aires, dos balas a través de sus pulmones,

barbado y muerto, envuelto por sus soldados

en el cuero de una vaca; el abuelo de mi madre

-con tan solo venticuatro años- encabezando

una carga de trescientos hombres en el Perú, ahora

espectros en desvanecidos caballos.

Te ofrezco cualquier agudeza que puedan contener

mis libros, cualquier hombradía o humor en mi vida.

Te ofrezco la lealtad de un hombre que nunca ha sido leal.

Te ofrezco ese meollo de mí mismo que he salvado,

de alguna manera: el corazón central que no

comercia con palabras, no trafica con sueños,

y está intocado por el tiempo, por la alegría,

por las adversidades.

Te ofrezco la memoria de una rosa amarilla vista

en el ocaso, años antes de que hubieras nacido.

Te ofrezco explicaciones de ti misma, teorías sobre ti misma,

auténticas y sorprendentes noticias de ti misma.

Te puedo dar mi soledad, mi oscuridad, el hambre

de mi corazón; trato de sobornarte con

la incetidumbre, con el peligro, con la derrota.



De El otro, el mismo

Traducción de Roberto Fernández Retamar

domingo, julio 09, 2006

Tom Waits y Bono leen a Bukowski

Tom Waits lee "The Laughing Heart" y Bono "Roll The Dice", ambos poemas de Charles Bukowski.

jueves, junio 01, 2006

Escritores jóvenes según Gatopardo

.

El No. 67 de la Revista Gatopardo (que corresponde al mes de Abril), y que además es el número de 6o. aniversario, trae como "especial" una selección de "nuevos escritores latinoamericanos".

El proceso de selección, hecho por Felipe Restrepo de Colombia es, mmmm, vamos a decir algo extraño. Pareciera que Latinoamérica sólo consta de México, Colombia, Argentina y Chile. Ah bueno, y ahora Perú, que se coló Roncagliolo.

Según la nota: "Gatopardo decidió buscar a los representantes más ilustres de esta nueva generación de autores". Se buscaron autores menores de 35 años, que hubieran publicado por lo menos una novela y que hubieran ganado algún premio y/o además, que vendieran bien.


"La lista se redujo bastante y quedaron afuera muchos nombres interesantes", continúa la nota. Y luego de admitir que la selección es arbitraria, como suele ocurrir en cualquier lista de algo, salen los seleccionados finales como "las voces más jóvenes y prometedoras" de América Latina, a los que se les pidió definir brevemente a sus respectivos países.

Los seleccionados finales fueron Pablo Illanes y Alejandro Zambra de Chile, Guadalupe Nettel y Tryno Maldonado de México, Gonzalo Garcés y Florencia Abbate de Argentina, Antonio Ungar, Antonio García, Ricardo Silva y Juan Gabriel Vázques de Colombia, y Santiago Roncagliolo de Perú.

Confieso que no he leído a ninguno y apenas he escuchado mencionar a un par de ellos.

Lástima que los centroamericanos siempre somos invisibles a la hora de semejantes selecciones.




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viernes, abril 28, 2006

The Bluebird (Charles Bukowski)

El documental Bukowski, born into this, comentado en el post anterior, termina con la voz de Bukowski leyendo este poema (quien quiera colaborar con la traducción, bienvenido...):



there's a bluebird in my heart that

wants to get out

but I'm too tough for him,

I say, stay in there, I'm not going

to let anybody see

you.

there's a bluebird in my heart that

wants to get out

but I pour whiskey on him and inhale

cigarette smoke

and the whores and the bartenders

and the grocery clerks

never know that

he's

in there.

there's a bluebird in my heart that

wants to get out

but I'm too tough for him,

I say,

stay down, do you want to mess

me up?

you want to screw up the

works?

you want to blow my book sales in

Europe?

there's a bluebird in my heart that

wants to get out

but I'm too clever, I only let him out

at night sometimes

when everybody's asleep.

I say, I know that you're there,

so don't be

sad.

then I put him back,

but he's singing a little

in there, I haven't quite let him

die

and we sleep together like

that

with our

secret pact

and it's nice enough to

make a man

weep, but I don't

weep, do

you?

jueves, abril 13, 2006

La Vendedora de Rosas




Mónica es una niña de unos 12 años que vende rosas de noche por las calles de Medellín, junto con otro grupo de niñas a las que llega a sumarse Andrea, de 10 años, que ha huido de su casa por los golpes de su madre. A lo largo de una noche (la del 23 de diciembre de un año cualquiera) y del día siguiente, La Vendedora de Rosas nos lleva a conocer el entorno en el que vive Mónica, los demás niños y seres con los que se relaciona.
Esta película colombiana, dirigida por Víctor Gaviria, tiene varios puntos a su favor que hacen difícil analizarla estrictamente desde el punto de vista cinematográfico. Este es uno de los raros casos en que la realidad trasciende la pantalla por varios motivos.
Uno de sus muy grandes aciertos es que Gaviria utilizó a niños de la calle y no a actores. Así mismo, filmó todo en las calles de Medellín, en escenarios reales y no en lugares redecorados. Esto le da un toque de autenticidad profundo a la película. Porque los rostros que vemos, la ropa que usan, las expresiones que dicen al hablar, los lugares como bares, calles, y habitaciones de pensiones o casuchas donde viven los personajes, todo es auténtico. Retomar ese tipo de escenarios e intentar, desde una perspectiva clasemediera "redecorarlo" o "recrear a los personajes" para una película, simple y sencillamente no hubiera sido igual. Y que algún actor profesional hubiera encarnado a Mónica (pienso en Catalina Sandino Moreno, la de María llena de gracia, por ejemplo, para nombrar a otra colombiana), no hubiera resultado. Quizás lo hubiera logrado a nivel actoral, pero no a nivel de presencia física, porque hay algo en el mestizaje de rasgos, el pelo, la estatura, la manera de caminar y moverse, que los actores no pueden, por mucho que lo estudian, replicar.

Eran tan reales las escenas y los actores, que en algunos instantes, cuando miraba a la pequeña Andrea entrar en un cuarto lleno de rufianes, yo me estremecía y recordaba de inmediato tantas caras vistas en el centro de San Salvador, en el Mercado Oriental de Managua, en la zona de Tracopa-Coca Cola, acá en el centro de San José. Rostros terribles de seres capaces de cualquier cosa, como ocurre más de una vez en la película, en que estar tan fácil puyar (meterle un objeto corto-punzante) a alguien, nada más por que sí. Esas expresiones que van más allá del rostro, que emiten desde todo el cuerpo lo peor de la miseria humana, me parece que no puede revivirlas un actor, por muy bueno que sea. Y me pasó algo muy curioso: tenía la impresión de ya haber visto los rostros de los niños y de los adultos involucrados, tan reales eran. Y seguramente he visto sus rostros en el centro de San Salvador tantas, pero tantas veces...
Otro acierto de la película es el guión. Me parece que se trabajó con una línea argumental básica, pero obviamente no hubo diálogos preestablecidos (y si al caso los hubo, fueron pocas frases). Los actores hablan como se habla en el cotidiano de las calles, y eso le da otro toque de auténticidad y credibilidad a los personajes. El vocabulario es limitadísimo en palabras y a veces cuesta entender en realidad lo que dicen (recordemos que no son actores y que su dicción puede no ser clara), pero el oído se acostumbra y logra entender todo. El constante uso de "gonorrea" e "hijueputa" puede resultarle ofensivo a algunos espectadores (como leí en alguna página de internet), pero como digo, precisamente el vocabulario utilizado es la réplica exacta de cómo se habla en la calles de Medellín.
La acción está bien hilada mediante cuadros cortos, escenas de interacción entre los personajes y en ningún momento la película decae ni aburre. No hay efectos fotográficos ni trucos de ningún tipo y lo que vemos es lo que es. Pero quizás lo mejor de la película, y es finalmente su logro capital, es que Gaviria no nos chantajea emocionalmente a sentir compasión por los personajes, no nos echa un discurso social, no pretende convencernos de nada. Simplemente nos muestra la vida de los personajes para quienes drogarse, prostituirse, robar y matar son cosa de todos los días y ocurre con toda naturalidad. Estos son los personajes que nos roban en las calles, de los que tenemos miedo cuando caminamos por algunos lugares, los que esperamos no encontrarnos en una noche oscura y los que ojalá no nos vayan a asaltar y nos agredan nada más por que sí, como le ocurre a un taxista quien resulta puyado por El Zarco, y éste lo puya a pesar de ya tener el dinero en la mano, y lo puya nada más porque el taxista le dijo que no tenía dinero. ¿Cuántas, pero cuántas veces hemos visto eso pasar en nuestros países?
Para realizar esta película, Gaviria trabajó durante un año con un grupo de niños de la calle, se los llevó a vivir a una casa aparte para entrenarlos y que pudieran realizar sus papeles. Todos resultaron ser actores natos, o quizás, no les resultó difícil revivir y reinterpretar ante las cámaras su propia realidad. Lo lamentable de todo esto es que del grupo de 17 niños y adolescentes que actuaron en esta película, apenas 2 siguen vivos. Los demás han muertos precisamente por esa violencia de las calles. Lady Tabares, quien interpretó a Mónica, está presa por sospecha de haber matado, junto con su esposo, a un sicario.
En ese sentido, es que la película desborda la realidad, o la realidad a la película, no sé. Es lamentable que este proyecto no haya servido para redimir a un grupo de muchachos, que no soluciona el problema general de los niños de la calle en Medellín y en Latinoamérica, pero un niño que logre salir de allí, ya es un triunfo. A pesar de que a algunos, como el que interpretó El Zarco, le fueron ofrecidas la oportunidad de vivir y trabajar en España y Los Angeles, el muchacho se negó y terminó asesinado en alguna calle de su ciudad. Al igual que en la película, la vida real no les ofreció ninguna esperanza de salida de esta gonorrea hijueputa realidad.

El DVD no trae extras de ningún tipo. Me hubiera parecido interesante un documental sobre cómo Gaviria trabajó con los muchachos y un seguimiento del qué pasó con cada uno. Pero no se pierda de verla. De la gama de películas que pretenden mostrar fragmentos de la realidad latinoamericana (pienso en María llena de gracia, Voces Inocentes, Secuestro Express, entre otras), La Vendedora de Rosas me parece la propuesta más acertada.

sábado, abril 01, 2006

Textos del desalojo

Se llevarán todas mis pertenencias, todas las ofrendas. Las que llegaron alzadas en guirnaldas y gajos, las que caían prodigándose, las que quedaron en suspenso, las rezagadas para largas fatigas, las de forma aprendida, roce estable. Llegarán batallando por encima de las cosas, por encima de viejos tanteos, olvidados tanteos, rodando por tierra los destrozos, el ovillo apenas comenzado, la perla apenas engastada. Llegarán feroces, llegarán con odio, llegarán con desprecio proclamando el vacío. Me irán despojando de todo: punto, gesto, voz. Aparecerán de pronto por entre círculos, ángulos y rectángulos, duras geometrías de líneas agónicas, infinitas paralelas sin posibles encuentros, volúmenes de sangre. Me irán despojando de todo, del aire, del reflejo, de la forma. La hora será cóncava, el cielo será cóncavo, la tierra abrirá su cráter cóncavo en la última ofrenda.

Antonia Palacios,

viernes, marzo 10, 2006

Poema en forma de pájaro

poemaenformadepajaro.jpg



Homenaje a Jorge Eduardo Eielson, peruano (1924-2006).

(Quien desee ser parte de este homenaje, a raíz de la muerte del poeta Eielson, puede reproducir este poema en su blog y enviar una notificación a poesiaenformadepajaro@gmail.com).




poemaenformadepajaro.jpg